Hace unos meses tomé una decisión que me ha cambiado la vida, dejé o, mejor dicho, me fui de una vida que de tanto sobrevivirla, ya no me alcanzaba el tiempo para introvivirla.
No se cómo ni en que momento, me volvía más gruñona que de costumbre, dejé a mis amigos de siempre y solo discutía con los de ahora, no se cuando dejé de oír a los niños y sus cuentos, a los cuentacuentos y a los cantantes que me gustan y dejé de leer poesías y novelas, de bailar, de cantar... no se cuando se me acabó el tiempo!
No se cuando dejé de disfrutar del mar por quedarme entre papeles, no se cuando preferí una maleta y un aeropuerto antes de subir a la montaña y simplemente ver a Caracas creciendo apretada, pero, en fin, creciendo!
No se cuando se me escapó el amor... y se convirtió en una costumbre condenada a la extinción, en lugar del rito de volver a enamorarme una y otra vez, que es el mejor reto que nos podemos poner en esta vida...
Hace unos meses en mi escape o en mi búsqueda de mi misma, de esta Esther, la que sigue siendo a pesar de los años que creí no ser ni estar conmigo, reconocí mis amigos de antes y a mi familia, a pesar de que cambié y ellos también, seguían a mi lado y que bueno que sea así!
Hace unos meses encontré en esa encrucijada que está justo a la salida de un largo túnel, seres maravillosos que aún sin verlos, ni oírlos me mostraron que el camino para encontrarme existía todavía... y bueno, fue como encontrarse en medio del mar sin saber a donde ir y de repente apareció un peñero a lo lejos, al que no podía ver ni escuchar pero su estela me indicaba donde estaban las playas a las que tanto quería volver. Esas personas se volvieron mis guías, mis salvavidas, unas especies modernas de Baywatch. Ellas me mostraron que "la Dra. Esther" podía leer novelas y recitar poesías, oír a sus cantantes y cantar sus canciones preferidas, que podía gritar a los 4 vientos "estoy enamorada" y que siendo cursi es como mejor vive!
Aún me falta mucho que navegar en este mar y muchas playas que volver a visitar y muchas nuevas que conocer pero gracias a la estela de esos seres, pude saberme guiada y con rumbo!
Hoy estoy aquí escribiendo porque, de pronto, a lo lejos veo como las nubes de una gran tormenta amenazan a unos de mis peñeros guías que avanza obsesionado a ese terrible ojo de huracan! yo quisiera poder estar más cerca, o al menos devolverle el favor y ser yo su estela y mostrarle el camino a un puerto seguro! es cuando de verdad uno quisiera que la ficción de la tele se hiciera realidad y que de pronto apareciera un súper helicoptero y con sus redes rescatar a mi querido peñerito!... Y qué hago? enciendo mi luz lo más alto posible, coloco señales que digan PELIGRO, PEGA LA VUELTA! Cómo gritarle y hacer que me oiga que en este inmenso mar, aunque hayan tormentas perfectas que parecieran no dar escapatoria, siempre hay una playa y un puerto al que puedes llegar a salvo si tomas la ruta correcta...? yo estoy aquí, si lejos, pero tú mi salvavidas, también lo estabas y, sin embargo, fuiste luz!... Voltea, solo voltea y date cuenta que no todo es nubes negras, que hay azul en el cielo y verde en la montañas y en los ojos de quien tanto quieres!
Hoy quiero ser luz, estela, cumplir la función del farolero del Principito, o ser el salvavidas de quien con canciones y poesías me ayudó a encontrar el camino que yo quería!
Es lunes, llueve apenas, pero a lo lejos se ve la tormenta que ya quiere envolver a mi peñero...
Estoy segura que no soy la única que trata de ser protagonista de Baywatch o simplemente un farolero, que ilumine tu sendero, solo abre los ojos, no temas, aquí estoy, me ves?.
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