miércoles, 18 de mayo de 2016

Mi risa... La súplica de un amigo

Cuando hay tristezas que ni la boca más grande de la familia puede callar con sonrisas...
Aparecen (aunque sea en la memoria) personas especiales que siempre me hicieron sentir también especial y de manera incondicional...
Soy bendecida por los amigos que he tenido a lo largo de mi vida... He sido muy querida... Tanto, que no entiendo porque la ausencia del querer de alguien me haya vuelto torpemente distraída y hasta con problemas de memoria... Hace un tiempo atrás tuve un gran amigo que me enseñó la magia de la poesía y los cuentos... Lo quise, lo quiero. Hoy que recibo piropos de todos lados por mi risa y mientras tanto tengo el pecho apretado de lágrimas que pelean por salir... Hoy que no estoy segura de que mi risa sea la más honesta y sincera con tanta tristeza a cuestas... Conseguí aquel poema, donde una vez mi amigo me declaraba su amor incondicional y su amistad eterna, su suplica en papel pintado de arco iris: puro amor hecho a mano: 


TU RISA 
 
Quítame el pan si quieres, 
quítame el aire, pero 
no me quites tu risa. 
 
No me quites la rosa, 
la lanza que desgranas, 
el agua que de pronto 
estalla en tu alegría, 
la repentina ola 
de planta que te nace. 
 
Mi lucha es dura y vuelvo 
con los ojos cansados 
a veces de haber visto 
la tierra que no cambia, 
pero al entrar tu risa 
sube al cielo buscándome 
y abre para mí 
todas las puertas de la vida. 
 
Amor mío, en la hora 
más oscura desgrana 
tu risa, y si de pronto 
ves que mi sangre mancha 
las piedras de la calle, 
ríe, porque tu risa 
será para mis manos 
como una espada fresca. 
 
Junto al mar en otoño, 
tu risa debe alzar 
su cascada de espuma, 
y en primavera, amor, 
quiero tu risa como 
la flor que yo esperaba, 
la flor azul, la rosa 
de mi patria sonora. 
 
Ríete de la noche, 
del día, de la luna, 
ríete de las calles 
torcidas de la isla, 
ríete de este torpe 
muchacho que te quiere, 
pero cuando yo abro 
los ojos y los cierro, 
cuando mis pasos van, 
cuando vuelven mis pasos, 
niégame el pan, el aire, 
la luz, la primavera, 
pero tu risa nunca 
porque me moriría. 

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